sábado, 11 de enero de 2025

44.ª Reunión anual de la Cofradía “Los Lechales”. Un paseo por el entorno.

 
Un año más, con el regocijo habitual, se celebró la reunión de la famosa cuadrilla de tan ovino título, que cumple ya su aniversario color turquesa (“cuadragésimo cuarto” también se llama, pero se decidió desechar esta denominación porque es difícil de pronunciar, en especial después de la segunda ronda de blancos). Tan magno evento tuvo lugar durante los días 25 y 26 de octubre de 2024 y estuvo animado, muy animado diríamos, por los 16 miembros que acudieron a la convocatoria, casi un pleno, siendo muy sentida por todos la ausencia, en el día grande, de uno de sus socios habituales que causó baja, muy a su pesar, por indisposición transitoria.


Tras la cena-recepción de la primera jornada, en la que el destacado socio Agustín fue nombrado “Cocinero Mayor” de la cofradía por sus muchos méritos, tanto en la recogida y selección de las materias primas como en su posterior elaboración, la jornada principal amaneció lluviosa, por lo que hubo que suspender las actividades al aire libre programadas por la organización y acogerse al “plan B” que preveía solo actividades culturales “a puerta cerrada”. De esta manera conocimos y disfrutamos de los “Museos Vivos” de Castilla y León, loable iniciativa de protección y difusión del patrimonio natural, cultural, histórico y artístico de la Comunidad, en la que está incluido nuestro Museo del Árbol fósil. Y así visitamos el Museo de Instrumentos musicales antiguos de Silos y el de Fósiles de Tejada, antes de hacer una visita guiada por Caleruega, su casco histórico y el Monasterio de Santo Domingo de Guzmán, paradas muy aconsejables e instructivas.

Entre unos vinos y otros llegó la hora de comer, lo que se hizo con gran satisfacción de los asistentes en la cercana localidad de Espinosa de Cervera, en un establecimiento de buen libar y mejor yantar cuyo nombre evoca la presencia del más insigne de los guerreros que ha dado nuestra tierra, donde, horas después, los cofrades vieron caer la tarde mientras cantaban órdagos y reclamaban arrenuncios. Una paradita en Salas para saludar a algunos amigos y para que, los más hinchas, se pusieran al día de los resultados futbolísticos, antes de acabar en Castrovido reponiendo fuerzas, si es que a alguno le flaqueaban, a base de sopas de ajo (“Somos lechales, sí, pero soperos también”, es el lema) y otras delicias ligeras, para concluir con el fin de fiesta musical que estuvo amenizado a la guitarra por este humilde trovador bajo la dirección artística de Paco, el más musical de la panda.

Total, que se levantó la reunión con prisa, pero sin pausa, y cada mochuelo a su olivo porque, ¡ay que ver lo que son los años!, parece que como el gintonis de casa con el pijama puesto, no hay nada.

Otra jornada excelente que vivimos con alegría y compañerismo, preludio de las que vendrán, que pensamos seguir disfrutando y contando desde estas páginas. 


Manolo Díaz Olalla, relator de la Cofradía

(Publicado en la Revista d la Asociación "Amigos de Hacinas,  nº 186, IV trimestre de 2024)

 


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