sábado, 3 de noviembre de 2012

La Teoría de la Evolución

Julio y Manolo: foto de la época con la que obsequiábamos a nuestras fans (¡Qué friki!)



Con el Grupo "Orégano"



Que no somos los mismos, de eso no hay duda. El tiempo, el implacable, el que pasó, como dijo el renegado cantante, lo ha puesto todo patas arriba. A nosotros y a las cosas que nos rodean. Creo que ya lo hemos comentado en estas páginas. Y, a pesar de eso, seguimos viviendo un poco en la ilusión de que todo sigue igual, que llegas a Hacinas y alguien va a acercarse con un buen cartón para proponerte una fantástica sesión vespertina de “esbare” en las laderas de  Sancirbián, o que en el baile de la Plaza te toparás, como si fuera por casualidad, con aquélla chica que tanto te inquietaba, o que vas a subir al escenario del Ayuntamiento la víspera de Sta. Lucía a reencontrarte con tu público, como lo dejaste, tal cual, el año anterior.

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jueves, 1 de noviembre de 2012

"Los Lechales" siguen en la brecha: se celebró la Reunión Anual número XXXIII en Saldaña, Palencia, con todo éxito

La Casa Torcida, Saldaña

Comida en El Molino (1)




Comida Restaurante "el Molino" (2)

Comida en Restaurante "El Molino" (3)
Agustín demostrando de nuevo que no está reñido con las nuevas tecnologías


Visita cultural a la Villa Romana de La Olmeda 

¡Siempre nos quedará Castrovido! (cena en casa de Begoña)














El pasado 27 de Octubre se celebró la XXXIII Reunión Anual de la Cofradía de los Amigos y Admiradores del Buen Cordero Lechal (CAABCL, a la que denominaremos "Los lechales" a partir de ahora) con todo éxito de asistencia y crítica. Tras la ya mítica cena del Viernes en casa de Carlos, para calentar motores y probar cómo funciona la secreción de jugos gástricos, se inició la excursión a las 9:00 del Sábado. En esta ocasión, la organización del evento, como es habitual dirigida por la batuta sabia de Julio, escogió para la parte cultural del festejo la visita a los restos arqueológicos de la Villa Romana de La Olmeda, en Saldaña, Palencia. Sabia elección pues resultó interesantísima. Rematamos la misma en la Iglesia-Museo de San Pedro, de ese pueblo palentino.
Iniciamos la ronda de vinos a continuación debiendo destacarse, por la originalidad del lugar, los que tomamos en "La Casa Torcida" de Saldaña, mientras manteníamos una animada discusión sobre el motivo de la forma de tan curiosa edificación, por si se trataba de una argucia del constructor para facilitar el acceso del grano al piso superior o, simplemente, de una torpeza del mismo quien tuvo que ver avergonzado como, a mitad de la obra, "se arranaba" la parte central. O sea, una suerte de Torre de Pisa pero en palentino.
Comimos fantásticamente en un lugar espectacular: El Restaurante "El Molino" (un antiguo idem) en San Martín del Obispo (a un escaso kilómetro del aludido y precioso pueblo). La tranquilidad y belleza de este lugar extraordinario acompasaba bien la calidad y abundancia de la comida y la bebida.
Jugamos el mus en el bar de la Plaza de Carrión de los Condes, donde ganaron los de siempre "porque tienen mucha suerte y no porque jueguen mejor que los que pierden siempre" (alguien me pidió que así lo hiciera constar en la crónica y eso hago), tomando una copa de retirada en el maravilloso Hotel San Zoilo, convento jesuítico reconvertido, al menos parcialmente, en centro de hostelería.
Dejamos a los burgaleses en Burgos y los de los demás pueblos nos fuimos a Castrovido, a casa de Begoña, a cenar con muy pocas ganas, la verdad, pero con gran entusiasmo. Todo excelente. Finalizamos con el habitual mini-recital de guitarra y voces que contó esta vez con la animada participación de los comensales, quienes se juramentaron para subir todos juntos a repetirlo en el Festival de Artistas Locales que se celebrará en 2013.
El remate, como es habitual, en el Bar "La Plaza" de Hacinas, en extraordinaria sesión de "canciones del ayer" o "revival" perfectamente dirigida por el DJ titular del local.
En resumen otro día magnífico de esos que no se olvidan.
Y seguimos en la brecha!!!!
Lo que hago constar y las fotos demuestran.

Manolo 
(Cronista Oficial y Secretario de la CAABCL)

Si quieres ver todas las fotos de la reunión entra aquí: http://www.flickr.com/photos/29553913@N03/sets/72157632002594419/  

Foto oficial "Lechales" 2012. Plaza de Saldaña (Palencia)

jueves, 26 de julio de 2012

Llegaban cartas





Ya no tengo ninguna duda. En el reparto ancestral de los roles sociales que se estudian en antropología a mí me adjudicaron el de recolector. Y como tal tiendo a guardarlo todo. Si no, que alguien me dé una explicación al hecho de que hace unos días, trasteando en el desván, me topara con una cajita de cartón verde cuya existencia había olvidado. Recolector sí, pero con mala memoria. La miré un buen rato sin saber qué hacer con ella. Con miedo al hallazgo, estuve tentado de volver a dejarla en su sitio y hacer como que no la había descubierto. Pero, al fin, la curiosidad me pudo y examiné su interior. Efectivamente, contenía un tesoro tan fantástico como ignorado. Decenas, quizás cientos, de cartas que había recibido a lo largo de mi vida dormían el sueño de los justos en aquél relegado depósito.

Así que, no lo dudé, y como quien va a deleitarse con un festín, abrí una botellita de buen vino de la Ribera, me serví una copa y me dediqué, sentado en mi sillón preferido, a disfrutar con la lectura de noticias, impresiones, sentimientos y anhelos que en otra época constituyeron aspectos esenciales de mi vida y de las de mis amigos.

Muchas de las mejores cartas que allí se conservan son de buenos amigos lectores de esta revista. Es curioso pensar que a partir de ellas se puede hilvanar, retrospectivamente, la biografía de muchos de ellos. Si fueran bandejas de truchas, en lugar de cartas, diríamos que tienen bien definida la trazabilidad en cada sobre. Si soy bueno en la conservación, soy aún mejor en la discreción. Por ello nadie puede temer que el mínimo dato comprometedor o inconveniente vaya a aflorar en este humilde relato. Primero porque una carta de un amigo, mucho más si trata de asuntos personales, lleva incorporado de forma tácita el secreto de confesión. Después porque si hubiera dolo en lo que en ellas se manifiesta, la falta ha prescrito por antigüedad. Y, sobre todo, porque a estas alturas ya a nadie le importa lo que cuentan. Casi con seguridad, ni a los propios remitentes. Cartas de amor no había ninguna. Esas cartas son como soplo de perfume: efímero e inatrapable. Como las notas con instrucciones que reciben los agentes secretos, todas las cartas de amor que he recibido en mi vida se han destruido, como por encanto y tras haber dejado en el corazón todo el peso de su carga, treinta segundos después de haber sido leídas.

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lunes, 23 de abril de 2012

Baldosines decorados




Las cosas que se deben saber sobre la vida y sus recovecos, muchas veces más intrincados de lo que fuera aconsejable, los buenos consejos que nos facilitarán el tránsito por sus estrechos callejones y las intenciones reales de otros cuando se quieren ocultar, todo eso y más, no siempre se aprende en el instituto o en la universidad. Los libros de la escuela de la vida, que se decía antes, se escriben derechos con renglones torcidos, como dicen que hace Dios con sus inescrutables designios.

Las fuentes de información más valiosas para mi proceso formativo durante la infancia y la adolescencia las encontré, durante años, en mis veranos en Hacinas. Creo que lo he contado muchas veces en estas mismas páginas. Todo ello a pesar de que, luego, y durante el resto del año tuviera que armonizar las enseñanzas, usos y expresiones soperas con la insulsez urbanita. La cosa no es sencilla. Pregúntenle, si no, a Jesús Cámara, que ha tenido que escribir un diccionario para ayudarnos a desentrañar esos misterios. Se trataba de un proceso de integración que no siempre era fácil, que me ocasionaba más de un desencuentro y, a veces, me convertía en víctima de chanzas  y chascarrillos. Hoy en día lo tenemos más asumido. Lo llamamos “transculturalidad” y nos quedamos tan tranquilos, pero en la época de la que hablo no había tregua para los que incorporábamos elementos de la cultura rural a nuestra cotidianidad o a nuestro lenguaje.

-       Que dice Manolo que saltando el plinto se ha dado una órdiga. Y dice que se ha quedado un poco modorro.
-       Pero ¿en qué idioma habla? Se van en verano al pueblo y cuando vuelven no hay quién les entienda…




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domingo, 1 de enero de 2012

¡Rescatemos los praos perdidos!


En lo que a mí respecta, además de la emoción siempre incomparable de volver a Hacinas (una especie de turbación de la que sólo podemos disfrutar en toda su plenitud los que lo hacemos pocas veces al año),  lo de aquel día trataba sobre todo de saldar una deuda afectiva, cumplir una promesa demasiado pendiente, restañar una herida que, a pesar de los años, no acababa de generar suficiente tejido de granulación.

Mi madre, Agustina, esa mujer admirable que nos dejó hace ya más de cuatro años, la que pasó su vida amando a su pueblo,  recordándolo cada día e inculcándonos ese cariño a todos los que la rodeábamos, ella, en sus últimos años, se ponía melancólica cuando echaba la vista atrás y muchas veces la oímos exclamar con tristeza:

-         ¿Y las tierritas? ¿Qué habrá sido del prao de Pinilleja?
-         Allí estará… cualquier día cogemos y nos vamos a verlo….

Ese día nunca llegó para amargura de la propietaria y vergüenza del que prometió en vano. Y, lo diremos aquí en descarga del autor de este relato, si no se hizo no fue por falta de ganas. En muchas ocasiones, ya lo saben, las cosas urgentes no nos dejan atender las auténticamente importantes. Y el tiempo fue pasando y ella se fue. Tristemente, entonces, un servidor, Manolo el de la Agustina, o Manolín como también  me llaman aún en Hacinas, hizo otra promesa, en esta ocasión a sus hermanas y sobrinas: la de efectuar la misión de reconocimiento pendiente más temprano que tarde.

En el prao de Pinilleja (que era de San Marcos, como dijo Agustín)
Una cosa es predicar y otra, ya lo saben, dar trigo. Y difícilmente podría dar respuesta a lo acordado sin, ¿cómo decirlo?,  apoyo externo especializado. Yo recordaba vagamente el prao tan querido como abandonado por haberlo visitado siendo muy jovencito… casi un gurriato. Posiblemente en aquéllos mismos días en que recuperábamos del desconocimiento de siglos árboles de piedra en las cercanas Trisineras. Y a eso, a buscarlo, nos dispusimos un grupo de amigos, además de mi familia. Tuvimos la suerte de contar con un guía de lujo por los montes de Hacinas, Agustín, así como con bibliografía de expertos: el “Diario de tenadas, mojoneras y términos de Hacinas” de Antonio Cámara, ese documento magistral e imprescindible para los que pretenden adentrarse en terreno desconocido sin perder el rastro.  Porque no hay nada como beber en las fuentes naturales, se lo dice quien lo ha hecho en la Iguariza y en Campo los Muertos algunas veces. Porque si nos hubiéramos guiado por las señas que nos daba el registro, el catastro y hasta el google map (latitud, longitud y coordenadas xy) aún estaríamos dando vueltas por la ledanía de Gete o por la de Cabezón, como ovejas modorras que no encuentran el rebaño y sin llegar a sitio alguno.

-        Míralo, aquí está en el mapa, parcela 31 de Pinilleja
-        Pues para mí que eso es San Marcos
-        Pues aquí dice Pinilleja
-        Pues como si dijera misa

Lo de las fuentes es muy importante, no lo olviden, como lo es el hecho de que donde esté un experto que se quiten veinte mapas, así que en la misma barra del bar un selecto  grupo de ellos (ahora que no hay cabras y poca leña no nos cansaremos de dar las gracias a la micología por su inestimable aportación a la supervivencia del conocimiento   de caminos, páramos y barbechos) no tardaron ni dos minutos en dictar su docto veredicto.

-        Ese prao que dices, que era de tu abuela, es el último de San Marcos
-        Pero aquí en lo del catastro dice...
-        Como si dijera misa...
-        Si señor, como usted diga

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