lunes, 2 de diciembre de 2013

Reunión XXXIV de “Los lechales”, otra jornada espléndida

Se celebró este año la tradicional reunión del perseverante grupo de amigos conocido como “los lechales” por su nada disimulada afición a la degustación de las delicadas carnes del imberbe ovino. Fue el día 26 de Octubre, aunque tuvo sus pródromos el día previo y su secuela el domingo 27, cumpliendo el aniversario 34 sin declinar ni uno solo y sin que ni una sola celebración haya dejado de ser gozosa, divertida y reconfortante. Tampoco esta dejó mal sabor de boca en los asistentes.

El campeón indiscutible de la ronda
clasificatoria de la "clásica de Tubilla" 
La mañana se animó con una emocionante carrera de karts entre los asistentes en la pista de Tubilla del Lago, en la que quedó campeón indiscutible Javi y en segundo lugar Julio, mientras que la tercera plaza la ocupó Agustín, quién desarrolló unas últimas vueltas un poco desiguales (siempre le pasa lo mismo, con las chicas en el baile era igual). El mayor de los hermanos Cámara no estuvo de acuerdo con la adjudicación de la segunda plaza, pero el pequeño quitó hierro a esas protestas aduciendo que no eran otra cosa que las lógicas discrepancias que se dan en todas las familias. Ni jueces, ni actas ni la foto de meta han ayudado mucho a resolver este dilema, por lo que simplemente lo hacemos constar. Hay que señalar que la ronda clasificatoria la ganó holgadamente un servidor.

Visitamos después la tan sorprendente como admirable Bodega “Portia”, de Gumiel de Izán, obra del afamado arquitecto Norman Foster, quien magistralmente combina en ella modernidad de estilos y conceptos con tradición en la elaboración y el cuidado de los caldos que nos regala la uva de las riberas del Duero y del Gromejón. Comimos en la misma bodega, quedando satisfechos tanto por el escenario como por la manduca, aunque sorprendidos por el dudoso equilibrio de la vajilla y la cristalería. Una visita y una degustación del todo recomendable.

El mus y el gintonis lo echamos en Huerta del Rey, donde por fin, y después de muchos años, las cartas hicieron justicia con los mejores jugadores, para llegar finalmente a Hacinas, donde se compartió la cena en el local de los cazadores, antes de despedir la noche en el Bar La Plaza, recordando tanto los éxitos del ayer como los del antes de ayer.

Podio de la carrera

Foto oficial "Lechales 2013"
Otro encuentro inolvidable que no hemos querido dejar de relatarles para que compartan nuestra alegría. Y para que conste.

Manolo 
(Secretario de la Cofradía)

martes, 1 de octubre de 2013

Actuación Hacinas 2013



Otra tarde memorable a la sombra del castillo de Hacinas. Otra actuación.
Mi público, mi gente, mis amigos....
Mi pueblo.
Gracias.

Manolo

(Estas espléndidas fotografías son obra de Fernando Alonso.)




jueves, 25 de julio de 2013

La estación de Salas


Claudia Cardinale, absolutamente espectacular, cruzando las vías en la estación de Salas, media hora antes de que el cencerro del autor llegara al lugar, perdiendo, el muy mostrenco, la ocasión de que tan espléndida visión le marcara para siempre la adolescencia y hasta la juventud completa (Foto Diego Montero Huerta)


Hay pocas cosas más desoladoras que una estación vacía. Quizás, tan sólo, una estación vacía y arranada. El alma de las estaciones está en la gente, en los viajeros que llegan o se van y en los que les esperan o les despiden. En sus ilusiones, en  sus anhelos y en sus tristezas.  La magia está en sus risas, en sus abrazos y en sus lágrimas. Una estación sin gente es una fábrica en mitad del campo después de la hora de la salida. Un almacén cerrado. Un erial.

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sábado, 26 de enero de 2013

El somarrito




En ocasiones algunas sensaciones quedan grabadas en la memoria junto a determinados sucesos que hemos vivido. Tanto y tan fuerte se unen que es casi imposible separar las unas de los otros por lo que, inevitablemente, cuando nos encontramos sin querer con aquéllas vuelven a visitarnos los recuerdos que suponíamos olvidados o escondidos en recónditos escondrijos de nuestro cerebro. Seguro que saben de lo que les hablo: ¿cuántas veces un olor, quizás el suave aroma de un perfume, o algo peor que eso, no digo que no, quizás un hedor como de cama vieja de cochiquera, les ha traído la dulce remembranza de una persona a la que no olvidan o, al contrario, que quisieran olvidar, o cuántas veces observando un espléndido atardecer no han tenido la sensación de que ya habían estado en aquél lugar anteriormente, cuando están seguros de que no ha sido así? Es muy posible, cuando eso sucede, que simplemente lo que huelen, ven y oyen es lo mismo que vieron, oyeron y olieron en una ocasión en aquél otro lugar o junto a aquélla persona evocada y es esa asociación neuronal la que ante el estímulo de los sentidos nos devuelve aquéllos recuerdos dormidos.

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