Foto oficial "Lechales 42", Monasterio San Juan de Duero, Soria |
Tuvieron tiempo de dar un buen paseo por la orilla (Rio
Duero, Rio Duero, nadie a acompañarte baja), para continuar conversaciones,
compartir recuerdos y actualizar informaciones personales antes de degustar
unos excelentes torreznos y arrancar, a escape, a Abejar. En la bella localidad
de la comarca de Pinares comieron bien los chavales, como siempre, tras asistir
a una interesante demostración del trabajo tradicional de los bueyes carreteros
de la zona serrana. Se alimentaron con apetito y bebieron como si tuvieran sed
y, como el tiempo se echaba encima, salieron sin descanso a echar la partida
por el camino y a tomar la copa contando piedras y amarracos. Para terminar, cenaron
algo ligero en Castrovido, casi a la fuerza, que es la costumbre, dando colofón
a tan espléndido día con algunos cánticos desafinados y mucha y sana alegría.
Otro fabuloso encuentro, presagio de muchos que vendrán, que
sirvió para continuar la mítica saga, reafirmar y renovar la amistad y
comprender resignadamente que, aunque las ganas son las mismas, los cuerpos no,
y las digestiones, por lo que fuera, mejor no pregunten, no son tan ligeras
como antes.
Manolo Díaz Olalla
Publicado en la Revista Amigos de Hacinas, 4º trimestre de 2022
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