lunes, 29 de enero de 2018

Lechales ' 39


El 28 de octubre de 2017 se celebró otra edición de la reunión anual de lechales, un clásico del otoño hacinense, esa gozosa ocasión, la número 39 sin fallar ni un solo año, en que los amigos se reúnen, se congratulan no solo de encontrase sino de encontrarse bien y se dedican durante algo más de un día a los cánticos, los abrazos, los recuerdos y la degustación de manjares y caldos, algunos espirituosos, que habrá que decirlo todo.

El encuentro fue organizado en esta ocasión por Arturo quien nos preparó un programa para la mañana del sábado lleno de emociones. La más notable fue la visita guiada a la cueva “Galiana Baja”, en las entrañas del cañón del Río Lobos en su parte soriana, una experiencia de espeleología avanzada que transcurrió por una de las simas más impresionantes de Castilla, poniendo a prueba los nervios y la sangre fría de los más templados de la cuadrilla. También nos obligó a embutirnos en trajes de espeleólogo, para solaz y despiporre de propios y extraños, un auténtico mono de minero con su culera plástica y todo, por aquello de esbararase con comodidad por las piedras húmedas de la gruta. ¡Ay si nuestras madres, tías y abuelas hubieran conocido este complemento del vestuario cuando pasábamos las tardes de nuestra infancia rompiendo pantalones en la ladera de sancirbian, en especial en esos descensos desafortunados en que el cartón se quedaba clavado en una piedra y los mostrencos seguíamos bajando, a culo limpio, hasta la casa de Timoteo!

Penetramos, no sin cierto resquemor, al abismo, sí, entre estalagmitas, gours y coladas, y allí conocimos la ignota belleza de las profundidades de la tierra después de sentir el efecto de la sobredosis de adrenalina que se acumula en venas y arterias al practicar estos deportes de elevadísimo riesgo. Dos horas y media de aventura por aquél averno que nos reconfortó y que no olvidaremos fácilmente. Como tampoco se nos quitará fácilmente de la memoria, y eso que ya flaquea un poco, la experiencia de vivir la segunda de las emociones que nos tenía reservada la fría mañana soriana: la degustación de unos torreznillos exquisitos, todos de concurso, en el Burgo de Osma. Acabamos esa parte de la jornada con la comida de fraternidad que se celebró en un precioso establecimiento de Rioseco de Soria donde, y para no andar dando vueltas a lo tonto modorro, también echamos la partida mientras caía la tarde.

Podemos decir sin miedo a equivocarnos que somos una de las cuadrillas más musicales de Hacinas, del partido de Salas y de parte de la comarca de La Demanda, así que entrada la noche perpetramos uno de nuestros ya míticos conciertos en Castrovido, concretamente en el bar de Begoña, donde ya están acostumbrados, primero en play back, después a capela y finalmente al natural como los buenos diestros, mientras compartíamos algunos platillos calientes y brindábamos otra vez por la paz, la armonía, el placer de celebrarlo nuevamente y, también, por seguir batiendo records tan majos y tan mozos.

En fin, otra jornada fantástica que hemos querido compartir con todos y todas, para lo que dejamos aquí esta pequeña crónica y algunas pruebas gráficas.

Así sea.
Manolo Díaz Olalla

(Secretario de la cofradía)
(Publicado en "Amigos de Hacinas", último número de 2017)

Foto oficial encuentro Lechales'39


Julito miliciano

Agustín esbarándose con mucho estilo


Comida

Cante "jondo"



Javi pirata


Cuando pusieron "lo agarrao"

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