jueves, 15 de mayo de 2014

Hacinas, ese corazón tendido al sol (2). Nuevas aportaciones

Como alguna vez comenté en estas mismas páginas, siento debilidad por las fotografías aéreas. Y entre todas, las de Hacinas son mis favoritas.

Por esos duendes que pueblan la internet he averiguado que ustedes también lo son. Al menos eso pienso cuando veo que el trabajito que publiqué sobre una fotografía aérea de nuestro pueblo en la Revista "Amigos de Hacinas" del tercer trimestre de 2007 y publicado también en el humilde blog que sobre las cosas de nuestro pueblo regento, es el más leído de todos los que se encuentran en él  (http://bit.ly/T7QaNL), desbancando, incluso, a "Renacuajos" escrito que gozó, hasta hace poco y durante mucho tiempo, de la deferencia mayoritaria de los internautas.

Sorpresa tras sorpresa en esa investigación sobre mis lectores cibernéticos que he podido realizar a través del seguimiento que hacen de aquéllas páginas he descubierto que, tras los españoles, la mayoría de las visitas que se producen, y que son muchas para regocijo personal aunque inmerecido, las realizan lectores de Estados Unidos.

Para ellos y para todos les traigo ahora dos nuevas imágenes de nuestro pueblo  desde el aire que he encontrado "en la nube" (¡qué acertada alegoría!)



La primera de ellas es un picado que nos arroja, también, esa impresión ya sentida en la mítica imagen original, de nuestro querido pueblo como un cuerpo vivo, con sus vasos sanguíneos desplegándose centrífugamente a partir del innegable punto central y cardíaco que es la plaza del ayuntamiento. Deducimos, pues, cómo a partir del urbanismo tácito, los pobladores confieren al aparato administrativo municipal la preponderancia máxima de la vida social y la responsabilidad nutritiva, oxigenante y desintoxicante, sin duda materializada en forma de normas, edictos y avisos que, tras ser dictados, transcurren por calles, callejas y callejones hasta la última célula viva que pueda entenderlos y aprovecharlos, a lo mejor allá, en la última arrein habitada.

La segunda es una fotografía aérea "apaisada", con perspectiva. Nos ofrece, véanlo, una sensación diferente a la anterior. El corazón ha dejado de tener el protagonismo máximo y pasamos a reconocer, a través de ella, las barreras naturales y artificiales que, a modo de murallas modernas, ponen límites al casco municipal. La epidermis. Las casas de "Campo El Valle" (ese barrio lineal residencial) nos protegen de las amenazas que puedan llegar del sur dejando anexa y destacada, como atalaya centinela, la posada. El frontón, rompiendo la estética del caserío, se sitúa en el margen que mira al río y la vega. El Barrio de San Pedro se extiende descuidadamente y como en un extraño afán de estirarse sin medida, para ofrecer al potencial asaltante el flanco más vulnerable de la geografía urbana. Algo parecido sucede por lo de los cazadores, mientras que el margen que mira a Salas aparece más contenido y limitado. Sancirbián, como el castillo, inesperadamente planos a nuestros ojos, pierden aquí su papel preeminente mientras que la arboleda que lo rodea todo conforma una espectral imagen de asediantes a punto de probar la fortaleza de la muralla descrita.

En resumen, dos imágenes fantásticas de nuestro pueblo.

Como quiera que siempre he sido más de corazones que de fronteras yo, personalmente, me quedo con la primera.

Va por ustedes.  Gracias por su atención.
Manolo

In memoriam a dos voces: Leandro Olalla y Caprasio del Hoyo. Mís tíos

Mi tío Caprasio hace pocos años

Los de las orejas "espabiladas" somos mi tío Leandro y yo.
Nos acompañan mi madre y mi padre.
 La Salle, San Rafael,
Mayo 1966





















El pasado 10 de Enero falleció en Griñón, Madrid, el Hermano Leandro Olalla Molinero, a punto de cumplir los 96 años de edad, 79 de ellos como religioso de La Salle. Una vida entera dedicada a la Escuela Cristiana. Era mi tío.

Poco antes, el 20 de Octubre de 2013, nos había dejado, en Barcelona, Caprasio del Hoyo Martín. Le faltaban 5 días para cumplir los 91 años y era viudo de Casilda Olalla Molinero, mi tía. Fue, también y por ello, tío mío.

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